Llegamos a Castillo de Locubín provincia de Jaén

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Resumen

En esta entrada explicamos cómo recorrimos y visitamos distintas casas de Castillo de Locubín hasta encontrar las casas que finalmente adoptaríamos para dar cabida a nuestro proyecto y transformarla en El Jardín de Castillo

Al pasear por Castillo de Locubín nos entristeció ver las “calvas” que encontrábamos, casas abandonadas que terminaban por derrumbarse dejando una mella, un espacio vació, como si nada hubiera existido antes y que poco a poco la naturaleza va recuperando en medio del pueblo salvo si los vecinos lo aprovechan como nuevo espacio de aparcamiento. Así que decidimos ponernos a buscar un lugar en el pueblo donde poder desarrollar nuestro proyecto y a la vez darle una nueva vida a esas casas repletas de historia pero que la soledad y el abandono las habían dejado casi sin latido, aletargadas, en un silencio gris que durante los fríos inviernos toma poder y penetra a través de sus tejas, sus ventanas,  sus vigas provocando al principio ligeras lesiones pero que con los años se convierten en graves heridas que, de no ser curadas, pueden ser mortales. Esta patología: tristeza por abandono es casi contagiosa y acaba con el derrumbe de las casas de nuestros pueblos.

La búsqueda. Un día con Raquel en Castillo de Locubín

Así que manos a la obra nos pusimos a buscar, quedamos un sábado por la mañana con Raquel de Inland Andalucía. Ella llegó en su todoterreno con un gran manojo de llaves en sus manos, nos tenía organizada una jornada intensiva de visitas a las casas del pueblo que estaban en venta y que previamente habíamos seleccionado.

La primera que visitamos, junto a la ermita de San Antón tenía una atmósfera especial, pese a estar vacía, vieja y casi sin vida, al recorrerla era posible ver en hologramas escenas cotidianas de su pasado, la cocina con el hogar, la despensa con esas grandes tinajas enterradas, la cuadra, sus grandes portones de paso, el pajar, incluso quedaba alguna orza de barro con chorizos en aceite, como si aún esperaran la llegada de sus antiguos propietarios.

Cocina de casa tradicional de Castillo de Locubin, Jaen.

Al salir a la parte trasera, lo que en Castillo de Locubín llaman la huerta ya nos terminó de enganchar, un gran patio con tres árboles frutales intentaba enseñarnos algo de lo que fue pues la maleza y malas hierbas habían invadido cómodamente todo el espacio que les fue posible.

estado inicial del jardin de castillo de locubin, Jaen

Estado del jardín

San Antón 14, una casa enferma

Junto a esta gran casa se encontraba la número 14, su fachada aunque mostraba señales de abandono indicaba nobleza y destacaba en el entorno de la calle. Raquel intentaba una y otra vez abrir la puerta de su cochera, era la llave que le habían facilitado y le estaba resultando imposible, justo cuando nos disponíamos a irnos apareció Dolores, en ese momento fue cuando conocimos a la que sería nuestra vecina, ella, totalmente dispuesta y entregada a ayudarnos se fue con Raquel a buscar a otra vecina para que le diera una llave que nos permitiera entrar.

fachada san Anton 14, castillo de locubin Jaén

Fachada de la casa

Al acceder nos recorrió un escalofrío, el techo de la cocina se había derrumbado, un gran agujero ocupaba el espacio por el que antiguamente sus propietarios paseaban para llegar al único baño de la casa, ahora inaccesible.

Cocina de san Anton 14 castillo de Locubín Jaén

La cocina sin techo

Al subir a la segunda planta contemplamos que el estado de tristeza por abandono de la casa estaba en un nivel más avanzado de lo esperado, una gran viga se había desplomado cayendo tejas y cascotes sobre el suelo, sus graves heridas nos hacían ver que esa estructura no soportaría muchos inviernos más, si queríamos sanarla no podíamos demorarnos mucho tiempo.

tejado de la casa san Anton 14 castillo de locubin Jaen

Estado del tejado

No lo pensamos mucho, es más, a veces, mi mente racional me dice que fue imprudente, impulsivo y movido por la emoción, no sé si fue así, pero hoy día no me arrepiento de nada y a principios de marzo ya habíamos adoptado estas dos casas para ayudarlas a darle una nueva vida, para transformarlas en El Jardín de Castillo.

 

Puedes leer la primera parte de esta historia en el siguiente enlace